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Te invitamos a que nos acompañes en nuestro viaje a Japón 2012. Esperamos disfrutar igual o más que en 2009 .
Y aquí te lo contamos...

martes, 7 de agosto de 2012

Día 1: Como Zombies por Osaka

Konichiwa, amigos.
Sí, estamos en Japón. Lo conseguimos. Después del retraso en la salida de Madrid, los interminables pasillos del Charles de Gole y las 10 horas de vuelo en un avión bastante más incómodo de previsto, lo conseguimos.
A eso de las 10 de la mañana nos encontrábamos en la puerta del hotel en Osaka y con ganas de una ducha. Porque si algo tiene este país en agosto es calor: a los 35 grados añádele un 80% de humedad y ¿qué encuentras?: una sopa de persona. Te sientes como si te cocieran en tu propio jugo...
Llamamos a Jose y Mabel, que llegan a la recepción del hotel recién duchaditos y fresquitos, con lo cual nuestras ganas de ducha se multiplican por mil. Pero, esta sensación de asquerosa envidia no nos impide que nos abracemos a ellos y nos alegremos de encontrarnos con buenos amigos a tantísimos kilómetros de casa.
Así pues, nos preparamos mentalmente para esperar a las dos de la tarde, hora a partir de la cual podíamos hacer el check-in, y mientras tanto comenzar la visita de Osaka.
El castillo de Osaka, a unas pocas estaciones de metro, es el lugar elegido para seguir sudando mientras paseamos por los jardines que lo rodean. Y así llega la hora de volver al hotel.
A las 15 h. somos personas renovadas, nadie diría en ese momento que llevábamos dos días casi sin dormir.
Ale, a comer un udón calentito, en la barra de un bar cercano con una Asahi fresquita.
El resto de la tarde lo teníamos ya acordado: un paseo por la zona del ayuntamiento, con sus grandes edificios de estilo neoclásico, un paseo hacia el Skay Garden y dejar que la noche llegara en el bullicioso, luminoso y multitudinario barrio de Dotombori.
Y así lo hicimos. Con el único inconveniente de que, debido a tromba de agua, la azotea de uno de los edificios más altos de Osaka estaba cerrada y no pudimos repetir la maravillosa vista de hace tres años (ver aquí).
Decidimos comprar algo de picoteo en el 7eleven cercano al hotel (¿alguien sabe por qué en España desapareció esta cadena de socorridas tiendas?).
Al llegar al hotel ya no nos teníamos en pie: despedida de Jose y Mabel, que cada pareja tira para aventuras niponas diferentes, y cierre.

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